viernes, 15 de marzo de 2013

Rosario Valpuesta, la incombustible feminista



No siempre se encuentra una por la vida con personas como ella. Por eso me siento una privilegiada con mayúsculas. 

Conocí a Rosario en persona en julio de 2010 cuando, en un entrañable y original acto, Mujeres Progresistas Andalucía reconocía su trabajo y trayectoria. Aquel día Rosario estaba radiante, con una sonrisa espectacular y llena de vitalidad, como siempre.

Pero fue meses más tarde, durante la manifestación del 15O, cuando conocí más de cerca a  la Rosario todo-terreno y comprometida con su sociedad, con su entorno, con la vida, con lo justo y sobre todo, con nosotras las mujeres. Compartimos varias horas, me llamaba la atención la sencillez de la catedrática de derecho civil y de la primera mujer rectora de una universidad andaluza



Rosario estaba dispuesta a “coger su petate de manifestación” que tenía preparado para salir a la calle cada vez que hiciera falta. "Porque iban a ser muchas", nos decía indignada con todo lo que ocurría alrededor. Aquel día al llegar a “las setas”, y una vez  cumplido su compromiso se retiró algo cansada. Ya la enfermedad había decidido echarle un pulso.

La feminista incombustible que era, contaminaba sus ganas de pelear y de vivir. Jamás le vi una mala cara ni un mal gesto, salvo cuando “el patriarcado” daba demasiado la lata  y aparecía para invisibilizar a alguna de nosotras. ¡Qué grande y menuda a la vez!

Volvimos a coincidir en la presentación de algún libro y en algún acto. Tuve muy pronto claro que Rosario era imprescindible en la agenda de la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía. Y así fue, allí estaba  cada vez que nos convocábamos las mujeres. Menudo rebote se pilló el día anterior a la última huelga general. Aquel día se levantó "regular" pero hizo un verdadero esfuerzo porque sabía lo valiosa que era su presencia entre nosotras

Parece que la estoy viendo en el centro cívico "Las Sirenas" en Sevilla, durante la reunión de mujeres para la convocatoria de la huelga del pasado noviembre Allí estaba ella, "montándoles el pollo" a los Secretarios Generales de UGT y CCOO Andalucía porque los medios de comunicación no nos habían tomado declaración a las Secretarias de la Mujer. Genio y figura.

Incalculable su complicidad, incuestionable su generosidad e insustituible el vacío que nos deja. No nos resulta fácil a las mujeres más jóvenes encontrar amigas como ella que nos tiendan la mano y tiren de nosotras sin sentir que se invade “su espacio”. Bien sabía Rosario queteniendo una experiencia distinta por pertenecer a otra generación y con ello otra forma de ver la vida y reaccionar ante las mismas injusticias, el espacio del feminismo era compartido y en él cabíamos todas.

Hablé con ella por última vez el pasado 26 de febrero a las 11.45. La llamé para invitarla a la presentación de la proyección del documental “Maestras de la República”. Rosario me dijo “pero yo ya no puedo, Ana”. Le prometí hacérselo llegar, le mandé un abrazo y mucha fuerza. Pero su voz me heló la sangre.

Ayer se fue. Rosario no estará presente más en ninguno de nuestros actos, pero sí su fuerza y su recuerdo.

“Menuda” es la huella de esta mujer. 

APL

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