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Fotografía de Alain Laboile |
Ayer, 8 de marzo, volvíamos un año más a conmemorar, recordar, reivindicar y denunciar que los derechos de las mujeres han de ser los mismos que los del resto de seres humanos. Tener un día señalado en el almanaque no sólo no está mal sino que además es imprescindible. El 8 de marzo debe quedar marcado, por siempre, bien rojo, en nuestra agenda personal y colectiva. Que no se nos olvide que, en determinados momentos de nuestra historia, estos derechos costaron, y cuestan aún, sangre…también sudor y lágrimas en el día a día.
Ayer nos pusimos el mundo por montera. Fueron muchísimos los artículos de opinión, ilustraciones, reportajes y estudios comparativos publicados sobre la discriminación que sufrimos las mujeres. Casi me atrevería a decir que más que otros años, cosa que no es de extrañar dada la ofensiva brutal que el gobierno estatal se está atreviendo a perpetrar, hasta contra nuestros cuerpos. También fueron muchas las personas y personajes públicos que hicieron declaraciones a favor de la causa. Unos, sintiéndolo de verdad, otros, no tanto.
No ha parado este gobierno del Partido Popular, desde que la ciudadanía le entregó la suicida mayoría absoluta, en su empeño por desviarnos del camino que ya iniciamos hace tiempo, ese que íbamos construyendo demasiado poco a poco, desde mi modesto punto de vista. El objetivo está más que claro, o eso espero, a estas alturas: las mujeres a casa, a reproducir, y los varones a producir, para mantenerlos a ellos y a ellas en su estatus. La clase alta sigue saliendo beneficiada de esta crisis que nos lleva por delante al resto.
Sin embargo ¿qué le pasa a la izquierda con las mujeres? o mejor dicho ¿qué le pasa con las feministas? A algunos parece que les diera urticaria el simple hecho de sentirnos cerca. A veces tengo la sensación (espero que sólo sea eso) de que cuanto más a la izquierda, peor se pone la cosa. Observo los nuevos movimientos e iniciativas políticas que intentan aglutinar a la izquierda de este país y veo pocas mujeres. Se cuentan con los dedos de una mano las mujeres feministas que no son expulsadas del entorno de las organizaciones político-sindicales de la izquierda, pareciera que el patriarcado se hubiese asentado profundamente en ellas. Y siempre me gusta remitir a un artículo de Beatriz Gimeno que describe de forma brillante, a la vez que implacable, lo que muchas feministas experimentamos en la izquierda, se trata de “Feminismo en los partidos y mujeres excusa”.
De esta manera el feminismo, que debiera ser bandera de los progresistas, termina quedándose en una especie de “tierra de nadie” defendida por una suerte “locas molestas y radicales que no se adaptan (o someten)”… Y así vamos, como en tantas otras cosas: tarde, muy tarde. Tan tarde que cuando viene la “ofensiva pepera” sólo necesita un par de añitos para llevárselo todo por delante.
Afortunadamente, mientras esto ocurre y nuestros compañeros se la siguen cogiendo con papel de fumar y se dedican a vigilar cada rendija por la que se le puede colar una feminista, el feminismo y su capacidad de reacción vuelve a tomar las calles en nuevas oleadas históricas para defender nuestra libertad y nuestros derechos. Sí, otra vez, el feminismo.
Desde luego algo hemos debido hacer bien, pues empieza a ser importante el número de compañeros que se suman a nuestras reivindicaciones, eso sí de los “rasos”, en su mayoría sin cargo ni tarjeta de presentación, claro. Y algo ha de estar despertando todo esto en el patriarcado institucionalizado de la izquierda que empiezan a urdir nuevas estrategias para adaptarse, eso sí, sin perder un milímetro de espacio. Nuestros viriles varones han decidido disfrazarse de nosotras, y encima no han tenido ni que esperar al carnaval para comprar disfraz, se lo hemos prestado nosotras mismas, las “mujeres excusa”, esas que abandonan la lucha para ponérselo un poquito más fácil a ellos y más difícil a nosotras.
Y es así como la historia de una mayoría, más de la mitad de la población, decide que las cuentas no salgan y apuesta por convertir la esperanza de muchas en un mero disfraz.
Ayer fue 8 de marzo, hoy ha sido 9, el día después, esperemos que la estela de solidaridad perdure hasta el próximo 8 de marzo, serán más llevaderas las agresiones diarias del machismo patriarcal. Porque mañana, día 10, seguiremos cobrando un salario menor, seremos nosotras las que seguiremos soportando la conciliación de la vida familiar y laboral, nos seguirán cerrando en nuestras narices la lujosas puertas color caoba de los prestigiosos despachos, seguiremos ocupando los puestos más bajos y peor retribuidos en las empresas, engrosaremos la cabeza de las listas del desempleo, la precariedad y la temporalidad se seguirán cebando en nosotras, la pobreza seguirá teniendo nombre de mujer, el acoso sexual seguirá siendo soportado por nuestro género y seguiremos siendo nosotras las víctimas de la violencia más brutal por parte de aquellos que dicen “amarnos”, seguiremos en constante estado de alerta pendientes para que no nos pille desprevenidas la próxima jugarreta. En definitiva, seguiremos soportando el gran peso de ser mujer en una sociedad injusta y desigual.
Pero sobre todo, continuaremos en la lucha porque si no, no seríamos nosotras, seriamos eso, “mujeres excusa”.
Fotografía de Maxine Helfman
Quiero compartir lo que ayer escribía Amélia Valcárcel en su perfil de Facebook, es el testigo de mujeres como ella ese que debemos tomar:
“Buenos mediodías con esta conocida lista:
Si eres mujer y…
1. Puedes votar, agradéceselo a una feminista.
2. Recibes igual salario al de un hombre por hacer el mismo trabajo, agradéceselo a una feminista.
3. Fuiste a la Universidad en lugar de dejar los estudios después del Bachillerato para que tus hermanos pudieran estudiar pues “tú de todos modos simplemente vas a casarte”, agradéceselo a una feminista.
4. Puedes solicitar cualquier empleo, no sólo un “trabajo para mujeres”, agradéceselo a una feminista.
5. Puedes recibir y brindar información sobre control de la fertilidad sin ir a la cárcel por ello, agradéceselo a una feminista.
6. Eres médica, abogada, pastora, jueza o legisladora, agradéceselo a una feminista.
7. Practicas un deporte profesional, agradéceselo a una feminista.
8. Puedes usar pantalones sin ser excomulgada de tu iglesia o sacada
del pueblo, agradéceselo a una feminista.
9. A tu jefe le está prohibido presionarte a que te acuestes con él, agradéceselo a una feminista.
10. Eres violada pero el juicio no se trata sobre el largo de tu vestido o tus novios anteriores, agradéceselo a una feminista.
11. Inicias negocio y puedes obtener un préstamo usando sólo tu nombre y tus antecedentes de crédito, agradéceselo a una feminista.
12. Estás bajo juicio y se te permite testificar en tu propia defensa, agradéceselo a una feminista.
13. Posees propiedad que es únicamente tuya, agradéceselo a una feminista.
14. Tienes derecho a tu propio salario aún si estás casada o hay un hombre en tu familia, agradéceselo a una feminista.
15. Obtienes la custodia de tus hijas e hijos tras un divorcio o una separación, agradéceselo a una feminista.
16. Tienes voz en cómo criar y cuidar a tus hijas e hijos en lugar de que los controle completamente tu esposo o su padre, agradéceselo a una feminista.
17. Tu marido te golpea y esto es ilegal y la policía lo detiene en vez de sermonearte sobre cómo ser una mejor esposa, agradéceselo a una feminista.
18. Se te otorga un título después de ir a la Universidad, en lugar de un mero certificado de haber completado los estudios, agradéceselo a una feminista.
19. Puedes amamantar a tu bebé, eso sí, todavía discretamente, en un lugar público y no ser arrestada por ello, agradéceselo a una feminista.
20. Te casas y tus derechos humanos civiles no desaparecen dentro de los derechos de tu esposo, agradéceselo a una feminista.
21. Tienes el derecho a rehusar tener relaciones sexuales con tu esposo, agradéceselo a una feminista.
22. Tienes derecho a que tus registros médicos confidenciales no sean divulgados a los hombres de tu familia, agradéceselo a una feminista.
23. Tienes derecho a leer los libros que desees, agradéceselo a una feminista.
24. Puedes escoger ser madre o no cuando tú quieras y no según los dictados de un esposo o un violador, agradéceselo a una feminista.
25. Puedes esperar vivir hasta los 80 años en vez de morir entre los 20 y 30 a causa de embarazos ilimitados, agradéceselo a una feminista.
26. Puedes verte como una humana adulta plena, y no como una menor de edad que necesita ser controlada por un hombre, agradéceselo a una feminista.
Hoy especialmente, por decencia, mira el mundo, comprueba que ha mejorado y..
AGRADÉCESELO A UNA FEMINISTA.”
APL.