Dicen
que todo empezó con una crisis, pero no es verdad. La crisis ya llevaba tiempo
entre nosotros. Cuentan que habíamos vivido por encima de nuestras
posibilidades, pero al menos los cumpleaños de nuestros hijos los pagábamos de
nuestro bolsillo. Insisten en que todo fue por culpa, por la gran culpa de una
herencia recibida, pero la herencia se la repartieron “unos pocos”.
Sabíamos
de sobra que no teníamos la culpa, no hacían falta demasiados estudios, nos era
suficiente con la “sabiduría popular”. Sabíamos que nada malo habíamos hecho,
pero eso sí, pagar estábamos pagando como condenados los platos rotos de otros.
Y,
entre otros vino, mira tú por dónde, un señor, llamado Bárcenas a confirmar
nuestras sospechas, parecía que “alguien se lo había llevado calentito” y cada
hora que pasa lo parece más y más.
¿Dónde
está el dinero? Nos preguntábamos una y otra vez en España. El dinero estaba en
Suiza, en chalets de lujo, en trajes impecables y hasta en cumpleaños de los
hijos de alguna ministra.
¿Y
cómo lo hacemos ahora? ¿Cómo arreglamos tamaño desaguisado? Tampoco nos dejaron
decidir sobre eso. Decidieron por nosotros, pagamos los de siempre, pasamos
hambre, engordamos la cola del paro, nos privamos de todo, pagamos impuestos
imposibles, “renunciamos por decreto” a una sanidad y a una educación que
fueron derecho gracias a los ahorros de nuestros mayores, y hasta nos quedamos
sin techo. Pero sobre todo, pasamos vergüenza. Mucha vergüenza. Porque este
país da eso, vergüenza, se mire por dónde se mire. Desde dentro, desde fuera o
del revés. Así que por favor váyanse, hágannos ese favor.
Aún
recuerdo cuando hace meses, alguna canalla pretendía hacernos sentir culpables a los trabajadores por salir a la calle a pedir lo que la Constitución “nos prometió”, trabajo digno. Nos señalaron con el dedo como “rojos agitadores”, hasta“gamberros” nos llamaban y “algaradas” lo bautizaban. ¿No se les cae la cara de
vergüenza cuando gobiernan en contra de su pueblo? ¿Cuando en nombre de la
confianza que se les dio en la urnas hacen lo contrario de lo que prometieron
para llegar al poder?
No
puede ser que “la madre patria”, se convierta en lo que ustedes la están convirtiendo,
un nido de víboras envueltas en corrupción, sin la más mínima ética. Váyanse de
una vez.
A
medida que van pasando los minutos, las horas y los días, van saltando a los
medios de comunicación nuevas tramas de corrupción. No son una ni dos, son muchas,
y probablemente enredadas y vinculadas.
A
mí me llama especialmente la atención el caso “Bárcenas”, extesorero del PP,
actual partido gobernante. Me la llama desde mi compromiso con la defensa de
los derechos de los trabajadores. No creo que nadie a estas alturas pueda poner
en duda la estrecha relación entre los empresarios y el Partido Popular.
Parece
que el Partido Popular recibió financiación de empresarios. Probablemente
empresarios a los que debió sobrarles dinero, dinero que con toda probabilidad
“racanearon” en las mesas de negociación a los salarios de parte de “su
patrimonio”: los trabajadores. Decidieron invertir, no en responsabilidad
social corporativa, no, en eso no… Decidieron invertirlo en poner en el
gobierno a su partido, ese que les “regalaría” ese pedazo de reforma laboral,
que abarataría “costes” (salarios, despidos, horas extra y un larguísimo
etcétera). En definitiva debilitaría a la clase trabajadora de este país,
dejándola prácticamente “con el culo al aire” y reforzaría a la clase
empresarial, “vestidita cada día con un traje distinto y a estrenar”.
Aún
recuerdo cómo el vicepresidente de la
CEOE , Arturo Fernández aplaudía efusivamente la reforma laboral y casi sacaba a hombros a la ministra de “des”empleo, Fátima Bañez.
Mientras
los empresarios invierten en lo suyo,
aún hay trabajadores debilitándose al
“despreciar”
su principal herramienta para defender sus derechos: los
sindicatos.
Váyanse
por favor, dimitan y déjennos en paz,
España no es país para corruptos.
APL.
Se puede decir más alto pero no más claro. Felicidades por esta entrada.
ResponderEliminarMuchas gracias AnaB. Un abrazo.
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