domingo, 24 de febrero de 2013

La Historia de Andalucía también la escribieron mujeres clandestinas y silenciadas. Dulce del Moral.

Dulce del Moral


Las mujeres pagamos nuestras proezas con el olvido, cosa que los hombres hacen con su gloria, así nos lo enseñan los libros de Historia, de Literatura, de Arte, desde los textos infantiles a los ensayos para “cultos”; poca gala hacen unos y otros de la proporcionalidad numérica que guardan ambos sexos en nuestro "ecosistema". Y es que me sigue sorprendiendo, a pesar de la constante evidencia que muestra todo nuestro entorno, que a las mujeres nos cueste tanto lo que al sexo masculino tan poco, dentro del mismo escenario de venta.  

Esta peculiaridad que sobrelleva el sexo femenino es común en todas las esferas de la vida cotidiana y no tan cotidiana. Pareciéndome preocupante como mujer y como representante sindical, lo angosto que resulta el mercado de trabajo para las mujeres; soy consciente, también como mujer, y como mujer lectora, ciudadana, feminista y también sindicalista, de la dificultad de salir del anonimato cuando se es protagonista del destino propio y del curso del que pueda tomar el de los demás. Es en esto último donde hoy me quiero detener. 

Mujeres protagonistas de la Historia a pesar de la falta de títulos en mayúscula y enunciados en negrita. Creo fundamental visibilizar a las mujeres que nos han dedicado su vida a través de su obra en la sociedad. Y en particular, me quiero centrar en la figura de Dulce del Moral, una mujer cuyo nombre aparecía de forma recurrente en los años que llevo militando en el sindicato UGT.

Cada vez que echábamos mano a la Historia del sindicato para reencontrarnos con nuestros principios, los compañeros, las compañeras, atisbaban un nombre, Dulce del Moral, una mujer de bandera, de altos ideales, una mujer muchas veces dirigente, y una mujer, como tantas otras, en peligro de extinción en la memoria de los presentes y condenada al olvido en el recuerdo del mañana.

La dictadura no quitó ojos de encima a Dulce del Moral, quien compaginó clandestinidad política con un socialismo comunitario activo entre las personas de su entorno, como lo hizo tanta gente y con el poco espacio que dejaba la represión. La dictadura no pudo con esta mujer de armas tomar, mujer de partido y sindicalista pragmática, que siguió proyectando todas sus fuerzas, que siempre le quedaron, en nuestra Transición hacia la Democracia.

Sirva de ejemplo su vida en los duros tiempos de hoy que,  sin ser peores que los que a Dulce del Moral, así como a nuestros padres, madres, abuelas y abuelos les tocó vivir, sí están poniendo en grave riesgo de eliminación cuántos derechos, libertades y avances ha costado a este país ofrecer a la ciudadanía, en estos treinta y siete años de Democracia.

Quiero recordar y poner en valor ideales por los que muchos y muchas murieron, vivieron en el exilio, o fueron duramente reprimidos y reprimidas. Poner en valor la vida de una mujer, Dulce del Moral, que sólo generó energía, desde una fugaz República, durante toda una larga Dictadura, e inagotable en la Transición Democrática.


Desde la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía hemos querido aportar nuestro granito de arena a la visibilidad de la mujer. Hemos recopilado la intensa y comprometida biografía de Dulce del Moral. La publicación será presentada en unas semanas en La Casa del Libro de Sevilla.

APL






miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Brecha salarial o brecha mental?



Las mujeres andaluzas cobramos 4.813 euros menos al año que los hombres.

¿Los motivos? Principalmente dos, la mentalidad machista que aún contamina nuestra sociedad y que a los empresarios les resulta muy rentable que la mayoría de la población sea mano de obra barata. Lo denunciamos cada 22 de febrero.

En términos generales se tiende a simplificar el asunto, cosa que a su vez dificulta la comprensión de éste. Cuántas veces habré oído, eso de: “que las mujeres cobren menos que lo hombres no es verdad, mis compañeras cobran lo mismo que yo” (AMÉN). Los casos en los que dos personas con una misma categoría profesional perciban salarios distintos están prácticamente erradicados, afortunadamente, y en el caso de detectar alguno, con una simple denuncia a la Inspección de Trabajo el asunto queda resuelto.

La cosa no es tan sencilla. La brecha salarial o desigualdad retributiva es una suma de muchas discriminaciones a lo largo de nuestra vida laboral además de ser una de las más invisibles. 

En primer lugar seguimos encabezando las listas del paro, nos incorporamos más tarde al mercado laboral y a pesar de estar mejor formadas, lo hacemos en condiciones más precarias. Casi el 80% de los contratos a tiempo parcial son ocupados por mujeres y el 35% de las mujeres ocupadas además lo hace con un contrato temporal.

Nuestras “intermitencias” laborales, es decir nuestras entradas y salidas del mercado laboral, también son determinantes en la caída de nuestras retribuciones y cotizaciones a la seguridad social. 

Y es que, a diferencia de lo que ocurre en los países nórdicos, aquí no logramos desprendernos de ese rol de cuidadoras de familiares y del hogar, del rol reproductivo. Por tanto las reducciones de jornada, las excedencias, las bajas voluntarias y, también hay que decirlo, los despidos por o para hacer uso de los derechos derivados de la maternidad o del cuidado de menores, mayores o personas enfermas siguen recayendo en nosotras.

Más directamente relacionadas con el marco legal  en las empresas, hay tres casos que deben ser especialmente vigilados:

   - Categorías profesionales con distinta nomenclatura, similares funciones y retribución menor para la categoría feminizada, ejemplo claro, peón de mantenimiento y limpiadora.

    - Pluses o complementos. Los pluses de antigüedad son percibidos principalmente por los varones pues ellos consolidan antes su puesto de trabajo. Concretamente en el sector industrial este plus provoca una desigualdad retributiva del 30%. El caso del plus de disponibilidad es similar pues, nuestra disponibilidad horaria es mucho menor que la de nuestros compañeros debido a que, como decía asumimos casi en exclusiva la “conciliación” de la vida familiar y laboral. Los pluses de penosidad y peligrosidad, muy vinculados a profesiones masculinizadas como el sector de la construcción, suponen premiar económicamente el esfuerzo físico. Sin embargo las profesiones feminizadas que cuentan con otro tipo de riesgos como los posturales o los psicosociales difícilmente ven compensadas tales cuestiones económicamente. 

     - Asimismo el techo de cristal tiene obvias consecuencias en la brecha salarial. Accedemos en menor porcentaje a esas categorías profesionales que están mejor retribuidas.

Y sumando, sumando llegamos al final de nuestra vida laboral no sólo habiendo cobrado menos, sino habiendo cotizado también menos. ¿Consecuencia? Unas paupérrimas pensiones, con una media del 31% menos que las de nuestros compañeros. Por supuesto las "perceptoras estrella" de las pensiones NO contributivas: nosotras.

Si bien desde UGT llevamos denunciando y trabajando sobre este asunto desde el año 2008, la cosa no pinta nada bien estos días. No sólo por la crisis sino por las medidas que se están llevando a cabo para, “en teoría” que no “en la práctica”, salir de ella. 

El recorte en los servicios públicos es directamente un ataque hacia las condiciones laborales de las mujeres. Pues unos servicios sanitarios, educativos y unos servicios para personas dependientes suficientes y de calidad, nos permitieron a nosotras un día distanciarnos del espacio privado y salir al mercado laboral. El recorte precisamente en estos servicios puede ser el comienzo de nuestra vuelta a casa.

La reforma laboral aprobada por el gobierno del Partido Popular también tiene un efecto demoledor para este tema. Difícilmente la discriminación salarial es detectada directamente por una trabajadora individual en nuestro país, es el análisis de los convenios colectivos, la estructura salarial y las categorías profesionales es lo que permite a los representantes legales de los trabajadores detectar las discriminaciones. Si se limita la capacidad de actuación y de vigilancia de la negociación colectiva como se ha hecho, damos pasos atrás.

La clave como en muchos otros problemas es la educación. Hay un problema educacional. Las desigualdades son mucho menos toleradas y se combaten mucho más en sociedades donde la igualdad entre mujeres y hombres forma parte de la agenda diaria en las familias y de los libros de texto en los centros educativos.

Sin igualdad salarial, no habrá igualdad social.

Os invito a consultar el informe que hemos elaborado 


miércoles, 6 de febrero de 2013

Mamá, quiero ser "funcionaria del PP"



Las recientes declaraciones de Carlos Floriano, vicesecretario de organización del PP, sobre la situación “laboral” de Jesús Sepúlveda, exmarido de la ministra Ana Mato, tienen muchísimas lecturas, pero desde luego algo dejan clarísimo, ni zorra idea del mercado laboral, de la situación de los trabajadores de a pie, ni tan siquiera de las consecuencias de sus propios actos, léase acto como la “imposición” de ese “pedazo” de reforma laboral. ¿Para qué? Si con ellos no va esto. Para esos asuntos ya tienen un departamento de asesores llamados CEOE.

Por no saber, parece que ni saben la diferencia entre un funcionario y un trabajador corriente. Porque los que no conocen bien la administración, ni las condiciones que tienen muchos funcionarios y mucho personal laboral, piensan que el funcionario es una “elite”. Pues nada, ha llegado la élite de la élite “el funcionario del PP”, que además “teletrabaja”.

Pensándolo bien, igual fue un lapsus y al señor Floriano se le fue la pinza, porque una cosa es que su partido tenga personas contratadas y otra bien distinta es que ellos ahora mismo estén gobernando y la administración tenga personas funcionarias trabajando para ella, ojo, no para el PP.

Lo mismo es una de esas “traiciones del subconsciente” y piensan “gobernar la administración de por vida” (para mayor gloria de dios y desgracia de la gente).

De todas formas y sinceramente, ¡cuánta envidia no poder ser trabajadora-funcionaria del PP! ¿no? ... ¡Si es que son todos “unos artistas”!

“Esa niña en las nubes era yo,
y pensaba con toda la razón,
que hay dos clases de gente nada más:
los artistas y todos los demás.
Mamá quiero ser artista,
oh mamá, ser protagonista.
Mamá quiero ser famosa,
oh mamá ser la más hermosa,
firmar talonarios
y en el escenario
pisar a diario
alfombras de rosas.
Mamá por favor compréndeme”

APL.

sábado, 2 de febrero de 2013

España no es país para corruptos, váyanse



Dicen que todo empezó con una crisis, pero no es verdad. La crisis ya llevaba tiempo entre nosotros. Cuentan que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero al menos los cumpleaños de nuestros hijos los pagábamos de nuestro bolsillo. Insisten en que todo fue por culpa, por la gran culpa de una herencia recibida, pero la herencia se la repartieron “unos pocos”.

Sabíamos de sobra que no teníamos la culpa, no hacían falta demasiados estudios, nos era suficiente con la “sabiduría popular”. Sabíamos que nada malo habíamos hecho, pero eso sí, pagar estábamos pagando como condenados los platos rotos de otros.

Y, entre otros vino, mira tú por dónde, un señor, llamado Bárcenas a confirmar nuestras sospechas, parecía que “alguien se lo había llevado calentito” y cada hora que pasa lo parece más y más.

¿Dónde está el dinero? Nos preguntábamos una y otra vez en España. El dinero estaba en Suiza, en chalets de lujo, en trajes impecables y hasta en cumpleaños de los hijos de alguna ministra.

¿Y cómo lo hacemos ahora? ¿Cómo arreglamos tamaño desaguisado? Tampoco nos dejaron decidir sobre eso. Decidieron por nosotros, pagamos los de siempre, pasamos hambre, engordamos la cola del paro, nos privamos de todo, pagamos impuestos imposibles, “renunciamos por decreto” a una sanidad y a una educación que fueron derecho gracias a los ahorros de nuestros mayores, y hasta nos quedamos sin techo. Pero sobre todo, pasamos vergüenza. Mucha vergüenza. Porque este país da eso, vergüenza, se mire por dónde se mire. Desde dentro, desde fuera o del revés. Así que por favor váyanse, hágannos ese favor.

Aún recuerdo cuando hace meses, alguna canalla pretendía hacernos sentir culpables a los trabajadores por salir a la calle a pedir lo que la Constitución “nos prometió”, trabajo digno. Nos señalaron con el dedo como “rojos agitadores”, hasta“gamberros” nos llamaban y “algaradas” lo bautizaban. ¿No se les cae la cara de vergüenza cuando gobiernan en contra de su pueblo? ¿Cuando en nombre de la confianza que se les dio en la urnas hacen lo contrario de lo que prometieron para llegar al poder?

No puede ser que “la madre patria”, se convierta en lo que ustedes la están convirtiendo, un nido de víboras envueltas en corrupción, sin la más mínima ética. Váyanse de una vez.

A medida que van pasando los minutos, las horas y los días, van saltando a los medios de comunicación nuevas tramas de corrupción. No son una ni dos, son muchas, y probablemente enredadas y vinculadas.

A mí me llama especialmente la atención el caso “Bárcenas”, extesorero del PP, actual partido gobernante. Me la llama desde mi compromiso con la defensa de los derechos de los trabajadores. No creo que nadie a estas alturas pueda poner en duda la estrecha relación entre los empresarios y el Partido Popular.

Parece que el Partido Popular recibió financiación de empresarios. Probablemente empresarios a los que debió sobrarles dinero, dinero que con toda probabilidad “racanearon” en las mesas de negociación a los salarios de parte de “su patrimonio”: los trabajadores. Decidieron invertir, no en responsabilidad social corporativa, no, en eso no… Decidieron invertirlo en poner en el gobierno a su partido, ese que les “regalaría” ese pedazo de reforma laboral, que abarataría “costes” (salarios, despidos, horas extra y un larguísimo etcétera). En definitiva debilitaría a la clase trabajadora de este país, dejándola prácticamente “con el culo al aire” y reforzaría a la clase empresarial, “vestidita cada día con un traje distinto y a estrenar”.


Mientras los empresarios invierten en lo suyo,
 aún hay trabajadores debilitándose al “despreciar” 
su principal herramienta para defender sus derechos: los sindicatos.

Váyanse por favor, dimitan y déjennos en paz, 
España no es país para corruptos.

APL.