El pasado día 25 de diciembre, Ana Mato, la nueva Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, calificó el primer crimen machista que ha tenido lugar bajo el mandato del PP como “violencia en el entorno familiar”.
El comunicado del Ministerio ha suscitado un rechazo contundente en las redes sociales por parte de las feministas y de las personas que exigimos la igualdad entre mujeres y hombres.
¿Cómo puede la Ministra responsable del asunto hacer estas manifestaciones? Pues muy sencillo, perteneciendo al Partido Popular, es decir, siendo conservadora, ganando unas elecciones por mayoría absoluta y gobernando con el contundente aval de los ciudadanos y ciudadanas de este país. Así de simple.
Mientras “el Rajoy oportunista” quiso marcarse un tanto el Día Internacional contra la Violencia de Género manifestando que mejoraría la Ley,
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Al principio, al oír a la Ministra y sus argumentos en los medios de comunicación, confieso que pensé que la señora Mato no tenía ni idea de lo que estaba hablando y que le vendría estupendo un cursillo acelerado al menos para salvarle la cara al PP. Sin embargo, es obvio que no es una cuestión de no saber, es una cuestión de no saber, ni querer saber. Y es algo más, es una cuestión de convencimiento, de visión conservadora y radicalmente antisocial. Son unas desveladoras manifestaciones que vienen a ubicar a las mujeres donde siempre debieron estar (según las instituciones rancias de este país): en su casa, en el entorno doméstico.
¿Que aún hay quien dice que no lo esperaba? ¿Que durante la campaña electoral no se mencionó nada? Sin duda, la igualdad entre géneros siempre quedó a un lado, hasta en el debate. Y es que la igualdad siempre fue para el PP eso, algo colateral e insignificante, algo que debe quedar en casa de cada cual, como los trapos sucios. Eso sí, también algo a lo que, con compromiso CERO, sacar el mayor rédito electoral.
No es lo mismo, señora Mato, no es lo mismo. Se ha luchado durante muchos años porque no lo sea y usted lo manda todo, de una sola patada, a hacer gárgaras. Llamándolo una y otra vez “violencia en el entorno familiar” (porque ha vuelto a reiterarse en sus palabras refiriéndose al segundo asesinato que se produce durante su gobierno), Y me pregunto, si me violan por la calle, no estoy cerca de mi casa ni la violación la lleva a cabo ningún familiar ¿qué? ¿No es una agresión hacia mí por ser mujer? ¿No es violencia de género?
Está claro que cualquier ley es mejorable y debe adaptarse a los nuevos tiempos y cambios sociales. Esta ley, como otras, sanciona y penaliza una conducta aberrante como es la violencia y el asesinato de mujeres. Pero también está claro que la erradicación de esta vergüenza sólo puede producirse atacando sobre la raíz del problema: la educación. La ley no es perfecta y puede mejorarse y debe promoverse una educación en valores en el entorno familiar y escolar, en los centros educativos. En este sentido, además, venimos trabajando hace años desde UGT.
Pero visto lo visto, prefiero que no sean ustedes, señores del PP, los que “mejoren” esta ley. Y visto lo visto con su postura en relación la asignatura de “educación para la ciudadanía”, no sé tampoco si sería oportuno que promoviesen la educación en igualdad en los centros educativos…
Como digo, se ha luchado muchos años contra la violencia de género y se ha conseguido que tenga un tratamiento judicial distinto, señora Mato, porque esto es un problema de Estado: de este Estado que usted gobierna.
Compañeras de viaje, mujeres y hombres comprometidos
nos han cambiado el sentido de la flecha y vamos de vuelta.
nos han cambiado el sentido de la flecha y vamos de vuelta.
Cada día que pasa podríamos estar acercándonos más a la
Sección Femenina de antaño
APL