domingo, 15 de febrero de 2015

Del amor

Fue durante el verano de 2012, pasaba unos días en la maravillosa ciudad de Barcelona y allí me pareció toparme con él. Estaba en la forma en que se miraba aquella peculiar pareja de turistas.

No eran jóvenes, tampoco respondían a ninguno de los exigentes cánones de belleza; sus cuerpos no eran perfectos, y claro, tampoco era catorce de febrero. Pero allí estaban ellos, entre la multitud que paseaba Montjuic, desprendiendo tan sutilmente su amor.

Aunque tuve la sensación de interrumpir un momento íntimo, no pude resistirme a inmortalizarlo en esta instantánea.

APL



viernes, 6 de febrero de 2015

Tania Sánchez, crónica de una víctima anunciada


Hay una realidad que constantemente nos negamos a ver, la de la mujer y su papel en el espacio político. Al margen del entramado que se genera en torno a los partidos que, además, se retroalimenta en determinados “ecosistemas” que rezuman testosterona por los cuatro costados, insisto, al margen de esto, hay una latente discriminación por razón de sexo.

El caso de Tania Sánchez es un ejemplo de ello. Es, simplemente, uno más de tantos otros. Otra mujer que apareció y desaparecerá del escenario político, en ese eterno rotar al que nos someten, mientras ellos se consolidan en el poder, como grandes líderes. De nuevo una triste realidad, mientras nuestros compañeros tienen décadas por delante de éxito y proyección en sus carreras políticas, la mujer que consigue llegar a un puesto relevante político-institucional, tiene los días contados.

Mantengo que “nos someten a una eterna rotación” con toda la intención, porque eran, son, y siguen siendo ellos, quienes eligen, quienes deciden cómo, cuándo y dónde "nos ponen" o "nos quitan" de “su espacio”, ése en el que se deciden las cosas importantes. Un ejemplo más que claro de lo que sostengo lo hemos presenciado estos días en Grecia. Mucho y acertado se ha escrito y denunciado desde significadas voces del mundo feminista sobre este asunto. Pero la realidad es la que es, el gobierno griego se ha conformado excluyendo a las mujeres, eso sí, gracias a ellas y a su voto; el históricamente conquistado voto femenino.

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Para hacer un análisis de género, que es lo que estrictamente quiero hacer en este artículo, es imprescindible tomar distancia del embrollo político en cuestión, abrir bien los ojos, mirar a la cara de la realidad y contrastar los insolentes datos sobre la presencia de mujeres en el poder político. Esto debería llevarnos a una reflexión, porque sólo así podremos combatir las vergonzosas, aplastantes y discriminatorias cifras.

Si nos quedamos en la superficie, en el lío de los partidos, no pasaremos de los “argumentos oficiales”, elaborados y cocinados por los que mandan, ellos. Nos toparemos entonces con el argumento estrella de la “deslealtad”, de las “oscuras intenciones” que pretenden llevar a IU al precipicio de la desaparición (mira tú por dónde… que los de antes no han hecho nada por ello), que esta mujer está siendo manipulada por su pareja, su dudosa ética que rozará la corruptela, y un sinfín de argumentos que sus impolutos compañeros parecen obviar en el reflejo que les devuelve su propio espejo.

Hay una diferencia cuando en el seno de cualquier “aparato” surge la discrepancia y/o la crítica, y es, si la ejerce una mujer o un “barón”Para ellos está la condescendencia, siempre hay un hueco, un “pacto de caballeros”, una salida y hasta una “puerta giratoria” que se abre. Ellos son “los colegas” y sus críticas son simples discrepancias políticas en etapas puntuales. Lo de ellos es crítica constructiva. Pero la condescendencia llega a su fin cuando una mujer entra en escena. Entonces volvemos a la bruja que fuimos, y lo nuestro, eso sí es pura deslealtad, profunda y maquiavélica traición ante la que sólo queda poner en marcha el colosal aparato, y que éste y su peso caiga sobre nosotras hasta aplastarnos, invisibilizarnos del todo y escupirnos de su sistema.

no pasa nada, alcanzado este punto, se nos sustituye, para eso está la maravillosa cuota y la perversa utilización que de ella ha hecho el patriarcado: se respeta el porcentaje numérico, pero se coloca a la que interese en cada momento. Consecuencia: ninguna se consolida en el poder, siguen mandando ellos y, de nuevo, vuelta a empezar Es más, estoy convencida de que si llegase a calar en la opinión pública (que esa es otra…), que este caso esconde detrás una lectura de género poco favorable para la formación, Izquierda Unida “colocaría” en el lugar de Tania Sánchez a otra mujer en versión dócil y leal. Es evidente, al menos con las gafas violetas puestas, que hay un choque frontal entre las actuales estructuras de poder en todos los ámbitos y la manera en que nosotras entendemos y gestionamos éste.

Y luego estamos las feministas, con multitud de luchas y conquistas a nuestras espaldas, pero que, por hache o por be, vemos pasar por nuestras narices todos estos casos, una víctima del machismo institucional detrás de otra, pero como hay detrás una “organización organizada”, pues no nos atrevemos con ella. Como si volviéramos años atrás cuando la violencia de género era entendida como algo "particular" en el domicilio "privado" del vecino. Por más que los gritos fuesen insoportables, era una cosa del ámbito privado, donde “mejor no meterse”.

Los aparatos, las estructuras, los partidos, los sindicatos, las instituciones se han resistido a adaptarse a los cambios necesarios para su supervivencia, y sobre todo, para su utilidad. Afortunadamente, y después de inauditas collejas, empiezan a abrir los ojos y parecen estar dispuestos a asumir un “cambio generacional”, pero ¿“de género”? Ni de coña…

Me gustaría insistir en que este análisis es estrictamente “de género”, no estoy de acuerdo con muchas de las cuestiones planteadas por Tania Sánchez y no soy de Izquierda Unida. Tampoco quiero que se entienda esta reflexión como un cuestionamiento a este partido, al que, como todos los partidos de la izquierda, respeto profundamente. He hecho distintas reflexiones en este blog sobre estas mismas actitudes en otros partidos e instituciones como el PSOE o el incipiente Podemos (que para ser nuevo y “vendernos la moto del cambio”, ya les vale…), sindicatos como UGT, donde llevo militando catorce años. También he denunciado la brecha de género en profesiones como las relacionadas con los medios de comunicación, el servicio doméstico, etc. He reflexionado sobre actitudes machistas en torno a mujeres como Carme Chacón o la propia Presidenta de la Junta de Andalucía antes de serlo. Por eso insisto, no es un ataque a Izquierda Unida, lo es hacia una actitud que hoy tiene lugar en el seno de esta formación y mañana en cualquier otro lugar. Por eso estoy convencida de que el feminismo, si de verdad quiere avanzar, debe estar por encima de siglas y partidos.

PD: Alberto Garzón, prometedor varón que, como Tania Sánchez, ha mantenido una posición crítica con respecto a su partido, sigue en su mismo lugar. ¿Ha sido menor la presión ejercida sobre él? ¿Será el futuro salvador de la formación? ¿Servirá esta crisis para cerrar filas en torno al incipiente líder varón? ¿Pasará a la historia como el reformador de IU? ¿O acabará fuera, como su compañera? Observemos y tomemos nota.

APL.
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miércoles, 14 de enero de 2015

Un nuevo curso político, una misma asignatura pendiente.


Asistíamos la pasada semana al inicio del curso político y parece lógico que quienes tienen que gestionar  “la cosa pública” se resistan a caer en la mayor de las desesperanzas. Pero entre esto último y dar el espectáculo debería, cuanto menos, existir algún punto intermedio.

Me refiero en este caso a la política municipal “made in Sevilla”, que viene sufriendo tremendo deterioro en los últimos tiempos. Escuchar las primeras declaraciones del año por parte del alcalde de la ciudad, me produjo cierto bochorno. Se deshacía en elogios Juan Ignacio Zoido hacia su manido “mapping” como si se tratase de un “pack de gestión para cuatro años” que le hubiesen regalado por navidad. Como si no hubiera nada más allá, ni paro, ni desahucios, ni pobreza… nada, Sevilla y su gestión política se han reducido a esta proyección en 3D sobre los muros del Ayuntamiento.

Pero lo mejor aún estaba por llegar, días después, muchos asistíamos impávidos a la imagen del señor alcalde embelesado frente a la lámpara del Teatro Lope de Vega en cuya restauración se han destinado algo más de 44.000€. Y en estas estamos en la política municipal… Esperando que el mapping o la preciosa lámpara cree empleo estable.

No parece que esta forma de hacer política se diferencie demasiado de otros ámbitos. Si la ciudadanía está desesperada, los políticos parecen estarlo aún más. Toca rebuscar entre las ruinas de un país devastado, encontrar esa aguja en el pajar, algún entretenimiento con el que distraer al pueblo, alguna lámpara mágica que “inaugurar”, algún dato que entresacar con el que, mínimamente, mirar de nuevo a cara de la gente, en definitiva, eso, algún clavo ardiendo al que agarrarse aunque uno termine quemado.

Y es que afrontamos un nuevo año electoral, y muchos, en estos tiempos de convulsión, deben estar aún debatiéndose entre subirse al tren de la nueva política, ese “prometer hasta meter”, o permanecer  fieles a las viejas y conservadoras costumbres cuya máxima responde a la segunda parte del dicho, “una vez metido, olvidar lo prometido”. No le ha ido mal este axioma, por ejemplo, al actual partido en el gobierno. Recordemos si no, a la Secretaria General del Partido, Dolores de Cospedal, palestina al cuello, proclamando a su partido como “el partido de los trabajadores”… ahí es nada.

Me pregunto si, entre la inmemorial palestina del anacrónico Sánchez Gordillo y la ventajista pañoleta de Dolores de Cospedal no hay tregua. Llama la atención la dificultad política de encontrar el punto intermedio en este país bipolar, incapaz de abandonar los extremos e instalarse en el equilibrio de la cordura, de los derechos conquistados, de la libertad y del respeto.

En fin, parece que el curso político comienza otra vez con los mismos en la cuneta, los trabajadores, y dejando para septiembre la misma asignatura, la del empleo.

APL.