domingo, 15 de febrero de 2015

Del amor

Fue durante el verano de 2012, pasaba unos días en la maravillosa ciudad de Barcelona y allí me pareció toparme con él. Estaba en la forma en que se miraba aquella peculiar pareja de turistas.

No eran jóvenes, tampoco respondían a ninguno de los exigentes cánones de belleza; sus cuerpos no eran perfectos, y claro, tampoco era catorce de febrero. Pero allí estaban ellos, entre la multitud que paseaba Montjuic, desprendiendo tan sutilmente su amor.

Aunque tuve la sensación de interrumpir un momento íntimo, no pude resistirme a inmortalizarlo en esta instantánea.

APL



viernes, 6 de febrero de 2015

Tania Sánchez, crónica de una víctima anunciada


Hay una realidad que constantemente nos negamos a ver, la de la mujer y su papel en el espacio político. Al margen del entramado que se genera en torno a los partidos que, además, se retroalimenta en determinados “ecosistemas” que rezuman testosterona por los cuatro costados, insisto, al margen de esto, hay una latente discriminación por razón de sexo.

El caso de Tania Sánchez es un ejemplo de ello. Es, simplemente, uno más de tantos otros. Otra mujer que apareció y desaparecerá del escenario político, en ese eterno rotar al que nos someten, mientras ellos se consolidan en el poder, como grandes líderes. De nuevo una triste realidad, mientras nuestros compañeros tienen décadas por delante de éxito y proyección en sus carreras políticas, la mujer que consigue llegar a un puesto relevante político-institucional, tiene los días contados.

Mantengo que “nos someten a una eterna rotación” con toda la intención, porque eran, son, y siguen siendo ellos, quienes eligen, quienes deciden cómo, cuándo y dónde "nos ponen" o "nos quitan" de “su espacio”, ése en el que se deciden las cosas importantes. Un ejemplo más que claro de lo que sostengo lo hemos presenciado estos días en Grecia. Mucho y acertado se ha escrito y denunciado desde significadas voces del mundo feminista sobre este asunto. Pero la realidad es la que es, el gobierno griego se ha conformado excluyendo a las mujeres, eso sí, gracias a ellas y a su voto; el históricamente conquistado voto femenino.

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Para hacer un análisis de género, que es lo que estrictamente quiero hacer en este artículo, es imprescindible tomar distancia del embrollo político en cuestión, abrir bien los ojos, mirar a la cara de la realidad y contrastar los insolentes datos sobre la presencia de mujeres en el poder político. Esto debería llevarnos a una reflexión, porque sólo así podremos combatir las vergonzosas, aplastantes y discriminatorias cifras.

Si nos quedamos en la superficie, en el lío de los partidos, no pasaremos de los “argumentos oficiales”, elaborados y cocinados por los que mandan, ellos. Nos toparemos entonces con el argumento estrella de la “deslealtad”, de las “oscuras intenciones” que pretenden llevar a IU al precipicio de la desaparición (mira tú por dónde… que los de antes no han hecho nada por ello), que esta mujer está siendo manipulada por su pareja, su dudosa ética que rozará la corruptela, y un sinfín de argumentos que sus impolutos compañeros parecen obviar en el reflejo que les devuelve su propio espejo.

Hay una diferencia cuando en el seno de cualquier “aparato” surge la discrepancia y/o la crítica, y es, si la ejerce una mujer o un “barón”Para ellos está la condescendencia, siempre hay un hueco, un “pacto de caballeros”, una salida y hasta una “puerta giratoria” que se abre. Ellos son “los colegas” y sus críticas son simples discrepancias políticas en etapas puntuales. Lo de ellos es crítica constructiva. Pero la condescendencia llega a su fin cuando una mujer entra en escena. Entonces volvemos a la bruja que fuimos, y lo nuestro, eso sí es pura deslealtad, profunda y maquiavélica traición ante la que sólo queda poner en marcha el colosal aparato, y que éste y su peso caiga sobre nosotras hasta aplastarnos, invisibilizarnos del todo y escupirnos de su sistema.

no pasa nada, alcanzado este punto, se nos sustituye, para eso está la maravillosa cuota y la perversa utilización que de ella ha hecho el patriarcado: se respeta el porcentaje numérico, pero se coloca a la que interese en cada momento. Consecuencia: ninguna se consolida en el poder, siguen mandando ellos y, de nuevo, vuelta a empezar Es más, estoy convencida de que si llegase a calar en la opinión pública (que esa es otra…), que este caso esconde detrás una lectura de género poco favorable para la formación, Izquierda Unida “colocaría” en el lugar de Tania Sánchez a otra mujer en versión dócil y leal. Es evidente, al menos con las gafas violetas puestas, que hay un choque frontal entre las actuales estructuras de poder en todos los ámbitos y la manera en que nosotras entendemos y gestionamos éste.

Y luego estamos las feministas, con multitud de luchas y conquistas a nuestras espaldas, pero que, por hache o por be, vemos pasar por nuestras narices todos estos casos, una víctima del machismo institucional detrás de otra, pero como hay detrás una “organización organizada”, pues no nos atrevemos con ella. Como si volviéramos años atrás cuando la violencia de género era entendida como algo "particular" en el domicilio "privado" del vecino. Por más que los gritos fuesen insoportables, era una cosa del ámbito privado, donde “mejor no meterse”.

Los aparatos, las estructuras, los partidos, los sindicatos, las instituciones se han resistido a adaptarse a los cambios necesarios para su supervivencia, y sobre todo, para su utilidad. Afortunadamente, y después de inauditas collejas, empiezan a abrir los ojos y parecen estar dispuestos a asumir un “cambio generacional”, pero ¿“de género”? Ni de coña…

Me gustaría insistir en que este análisis es estrictamente “de género”, no estoy de acuerdo con muchas de las cuestiones planteadas por Tania Sánchez y no soy de Izquierda Unida. Tampoco quiero que se entienda esta reflexión como un cuestionamiento a este partido, al que, como todos los partidos de la izquierda, respeto profundamente. He hecho distintas reflexiones en este blog sobre estas mismas actitudes en otros partidos e instituciones como el PSOE o el incipiente Podemos (que para ser nuevo y “vendernos la moto del cambio”, ya les vale…), sindicatos como UGT, donde llevo militando catorce años. También he denunciado la brecha de género en profesiones como las relacionadas con los medios de comunicación, el servicio doméstico, etc. He reflexionado sobre actitudes machistas en torno a mujeres como Carme Chacón o la propia Presidenta de la Junta de Andalucía antes de serlo. Por eso insisto, no es un ataque a Izquierda Unida, lo es hacia una actitud que hoy tiene lugar en el seno de esta formación y mañana en cualquier otro lugar. Por eso estoy convencida de que el feminismo, si de verdad quiere avanzar, debe estar por encima de siglas y partidos.

PD: Alberto Garzón, prometedor varón que, como Tania Sánchez, ha mantenido una posición crítica con respecto a su partido, sigue en su mismo lugar. ¿Ha sido menor la presión ejercida sobre él? ¿Será el futuro salvador de la formación? ¿Servirá esta crisis para cerrar filas en torno al incipiente líder varón? ¿Pasará a la historia como el reformador de IU? ¿O acabará fuera, como su compañera? Observemos y tomemos nota.

APL.
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miércoles, 14 de enero de 2015

Un nuevo curso político, una misma asignatura pendiente.


Asistíamos la pasada semana al inicio del curso político y parece lógico que quienes tienen que gestionar  “la cosa pública” se resistan a caer en la mayor de las desesperanzas. Pero entre esto último y dar el espectáculo debería, cuanto menos, existir algún punto intermedio.

Me refiero en este caso a la política municipal “made in Sevilla”, que viene sufriendo tremendo deterioro en los últimos tiempos. Escuchar las primeras declaraciones del año por parte del alcalde de la ciudad, me produjo cierto bochorno. Se deshacía en elogios Juan Ignacio Zoido hacia su manido “mapping” como si se tratase de un “pack de gestión para cuatro años” que le hubiesen regalado por navidad. Como si no hubiera nada más allá, ni paro, ni desahucios, ni pobreza… nada, Sevilla y su gestión política se han reducido a esta proyección en 3D sobre los muros del Ayuntamiento.

Pero lo mejor aún estaba por llegar, días después, muchos asistíamos impávidos a la imagen del señor alcalde embelesado frente a la lámpara del Teatro Lope de Vega en cuya restauración se han destinado algo más de 44.000€. Y en estas estamos en la política municipal… Esperando que el mapping o la preciosa lámpara cree empleo estable.

No parece que esta forma de hacer política se diferencie demasiado de otros ámbitos. Si la ciudadanía está desesperada, los políticos parecen estarlo aún más. Toca rebuscar entre las ruinas de un país devastado, encontrar esa aguja en el pajar, algún entretenimiento con el que distraer al pueblo, alguna lámpara mágica que “inaugurar”, algún dato que entresacar con el que, mínimamente, mirar de nuevo a cara de la gente, en definitiva, eso, algún clavo ardiendo al que agarrarse aunque uno termine quemado.

Y es que afrontamos un nuevo año electoral, y muchos, en estos tiempos de convulsión, deben estar aún debatiéndose entre subirse al tren de la nueva política, ese “prometer hasta meter”, o permanecer  fieles a las viejas y conservadoras costumbres cuya máxima responde a la segunda parte del dicho, “una vez metido, olvidar lo prometido”. No le ha ido mal este axioma, por ejemplo, al actual partido en el gobierno. Recordemos si no, a la Secretaria General del Partido, Dolores de Cospedal, palestina al cuello, proclamando a su partido como “el partido de los trabajadores”… ahí es nada.

Me pregunto si, entre la inmemorial palestina del anacrónico Sánchez Gordillo y la ventajista pañoleta de Dolores de Cospedal no hay tregua. Llama la atención la dificultad política de encontrar el punto intermedio en este país bipolar, incapaz de abandonar los extremos e instalarse en el equilibrio de la cordura, de los derechos conquistados, de la libertad y del respeto.

En fin, parece que el curso político comienza otra vez con los mismos en la cuneta, los trabajadores, y dejando para septiembre la misma asignatura, la del empleo.

APL.

sábado, 16 de agosto de 2014

Antes de "morirse", las mataron

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Nos despertamos con otro asesinato machista, hoy en Móstoles. Aún no sé que van a recoger los titulares pero éste, el de la foto, es de hace unos días. Y al leerlo, a una no le queda otra que empezar el día enervándose. Es indignante toparse con la “pasividad” del verbo “morir” para referirse al asesinato de otra mujer, ya sólo falta que el verbo se utilice también en su versión reflexiva, “morirse”. Seguimos, literalmente, perdonándole la vida al machismo.

Pareciera que se murió así, porque sí. Como si entre la vida y la muerte no hubiese pasado nada, si acaso “unas manos”. Pero no, lo que pasó es un puñal que le rasgó la piel, atravesó su cuerpo, paró su organismo y le arrancó la vida, con tan sólo 25 años.
A Verónica, a Sara, a Mª Carmen, a Yolanda y a Ana Mª, a todas… antes de morirse, las mataron y antes de matarlas, sin lugar a dudas, como a la grandísima mayoría de nosotras, las discriminaron. Es indignante ver cómo, a pesar de lo dramático del asunto, esta sociedad sigue pasando de puntillas por una misoginia que nos impide avanzar más rápido y hacer, cuanto antes, de ésta una sociedad más igualitaria.

Los datos hablan por sí solos: SEIS mujeres asesinadas en menos de un mes, TREINTA Y SEIS en lo que va de año y MIL TRESCIENTAS TRES mujeres asesinadas en nuestro país desde el año 1995. Es evidente que hay que seguir removiendo conciencias, denunciando cada caso y peleando porque la violencia machista, mientras no cese, siga siendo noticia. Cada mujer asesinada ha de sentirse como un grito de desesperación que pide la ayuda de todos y cada uno de nosotros.

Pero además de mantener en nuestra memoria la foto fija de cada tragedia, también hay que profundizar en los motivos que llevan a ella, y me refiero a los motivos colectivos, los que más pesan, esos tics y conductas arraigadas socialmente, que terminan reflejándose en cada espacio particular, en cada hogar, en cada centro de trabajo, en cada aula…
Mientras sigamos resistiéndonos a atajar este mal desde todos los flancos, la violencia en todas sus formas se seguirá colando por cada rendija, por cada poro de esta sociedad sin que casi nos percatemos.

No estamos preparados para identificar cada pequeña señal de alerta. Y lo peor, no estamos dispuestos a prepararnos. Para que cese este horror hay que acabar con cada decisión discriminatoria, con cada acto injusto y con cada micromachismo persistente.
Salvando las distancias, con los crímenes machistas ocurre lo mismo que con el resto de discriminaciones por razón de sexo: de los prolegómenos ni hablamos. Si tomamos como ejemplo la desigual distribución de la riqueza entre sexos o la feminización de la pobreza, prestamos atención a lo global, pero dejamos escapar el día a día. Nos puede resultar escandaloso el hecho de que nosotras lleguemos al final de nuestras vidas laborales con unas pensiones un 31% de media inferior a las de nuestros compañeros… pero ¿estamos dispuestos como clase social que somos, los unos y las otras, a profundizar en los motivos de esa menor cotización a la seguridad social durante nuestra trayectoria profesional?

¿Estamos dispuestos como sociedad a sacar la lupa y a reconocer que SÍ se da la tan cuestionada discriminación salarial? ¿Las intermitentes salidas y entradas del mercado laboral para soportar (nosotras) la conciliación? Y muy importante ¿estamos dispuestos como sujetos políticos a poner remedio a, por ejemplo, el llamado “techo de cristal” –también en los partidos-?

No morimos, nos matan. Y no renunciamos, nos excluyen.

El colmo de todo es que si una se pone a pensar en las distintas opciones para una solución futura, la cosa no pinta nada bien. De la derecha ni hablamos, ya sabemos lo que piensan sobre subvencionar escuelas que segregan por sexo sus aulas, sobre nuestra autonomía en relación con nuestras decisiones sexuales y/o reproductivas, sobre la propia violencia machista… De ellos ya lo sabemos todo y nada esperamos.

Pero, ¿y de la “nueva izquierda” que viene? Esa que por lo visto va ser la hostia (con perdón) de revolucionaria en todos los sentidos –menos, al parecer, en el feminista-. Es y será una izquierda masculinizada cuyos cambios vendrán de la mano de una nueva generación patriarcal que se llama Pedro Sánchez en el PSOE, Alberto Garzón en Izquierda Unida, Pablo Iglesias en Podemos y Juan López de Uralde en EQUO. Sin comentarios.

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¿“Podemos” transformar la sociedad en un espacio (como dicen todos ellosmás participativo, más democrático, más igualitario… y todo eso que suena tan bien, dejando a las mujeres otra vez al margen? Porque hacer política sin nosotras es hacer una política sesgada, discriminatoria, poco participativa y excluyente.
Pero cuando la evidencia nos sonroje, siempre “podemos” echar mano de una de esas “mujeres precocinadas” en el fogón de alguno de esos maravillosos “Chefs políticos”…esas que se prestan al varonil juego y abandonan la lucha por la igualdad entre géneros.
Y mañana, seguiremos siendo nosotras esas que “morimos” así, como quien no quiere la cosa.

APL
15 de agosto, 2014

domingo, 3 de agosto de 2014

Mujeres que hacen música

Cada vez que mi amigo Ignacio sugiere algún espectáculo, concierto o visita, el éxito está asegurado. Ayer la propuesta fue especialmente acertada, como no podía ser de otra forma siendo además protagonistas las mujeres.
Escribía él mismo hace unos días sobre ellas en su reportaje en El Mundo “Del pentagrama al celuloide”, después de haber entrevistado poco tiempo antes a Beatriz González Calderón, la directora y “lideresa” de esta especial iniciativa.



El lugar, el Teatro del Mar, en Punta Umbría, allí estrenando el espectáculo “Sonando de Cine”, la Orquesta de Cámara de Mujeres Almaclara-Inés Rosales, rendía homenaje a las grandes Bandas Sonoras Clásicas del cine. Y plantarse allí en algo más de una hora de camino, sentarse relajadamente y disponerse a abrir un paréntesis para los sentidos, fue todo un lujo.
Pronto aparecieron en el escenario quince mujeres, andaluzas jovencísimas, ataviadas de largos vestidos negros que proporcionaban a la fotografía una elegancia similar a las piezas que de inmediato empezaron a tocar o a los propios instrumentos que parecían acariciar.



No sé si me estaré haciendo mayor, pero no pude evitar mientras disfrutaba de la maravillosas notas con que Almaclara impregnaba aquel auditorio, pensar en ellas y sus vidas. Chicas muy jóvenes, con una formación excelente en la que probablemente sus padres pusieron gran empeño y esfuerzo de todo tipo, también económico. Quince mujeres, a las que esta especie de “burbuja femenina”, creada por otra mujer, les está permitiendo desarrollarse y demostrar su capacidad, su talento y su potencial.



Una pequeña burbuja en un mundo de hombres que se obceca en diluir el talento de la mujer, sin dar oportunidad a una forma distinta de hacer y construir mundo. Un paréntesis  en un país gobernado por varones que, entre otras cosas, se empeñan en recortar en cultura y formación, en una sociedad machista que insiste en aniquilar al “otro sexo”, en un mundo laboral con “hormigonado” techo de cristal, en un panorama político que sigue teniendo cara masculina, por mucho que se empeñen en cambiar la chaqueta gris marengo y la corbata por el vaquero, la chupa de cuero o incluso la coleta. Un sindicalismo que, cuanto más a la izquierda, más cavernícola.
Está claro que en todos lados cuecen habas, y que en el mundo de Beatriz, el de la música clásica (porque también es el suyo, por mucho que se empeñen ellos en “tomarlo”), no es difícil sentir la aplastante visibilidad masculina del “gremio”. Solo hay que ponerse frente a la tele y observar cada 1 de enero “El Concierto de Año Nuevo”.

Dice la propia Orquesta de Cámara de Mujeres Almaclara en su presentación “surge en 2008 con el objetivo de reivindicar y homenajear a todas las mujeres que, a lo largo de la Historia de la Música, no han conseguido alcanzar sus metas debido, no a su falta de talento, sino a su sexo. De ahí surge el nombre de nuestra Orquesta, en el que no sólo pretendemos reflejar el espíritu que nos mueve en la dirección del deleite musical, sino también rendir homenaje a dos de las mujeres más representativas de la Historia de la Música, como son Alma Mahler y Clara Schumann, que, si bien fueron músicos de un altísimo nivel creativo y técnico, se mantuvieron siempre a la sombra de una sociedad y un gremio eminentemente masculino”.
Sí, anoche fue un soplo de aire fresco y de esperanza en este panorama asfixiante. Y a una no le queda más, después de vivir esta experiencia musical,  que reafirmarse en sus convicciones y seguir haciendo del feminismo una forma de vida.



APL
2 de agosto, 2014

domingo, 15 de junio de 2014

¿Dónde meten “los aparatos” a las mujeres?.

Nuevas complicaciones en la empresa cuyo comité presido, y que probablemente terminen otra vez en conflicto, me han impedido estas semanas mantener mi blog todo lo actualizado que me gustaría. Pero leer ayer la reflexión de mi amigo Pablo, “Machos Socialistas”, me animó a buscar hoy un rato para aportar mi modesto análisis sobre todo esto que está pasando y que nos devuelve a un modelo estéticamente distinto, pero que podría contar con las mismas carencias.
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Queremos cambios pero, la verdad, no sabemos ni cómo hacerlo. Y no sabemos porque, entre otras cosas, desde “el poder” se lleva años trabajando en el sentido contrario, es decir, para que estos cambios no se produzcan. El sistema de funcionamiento interno de esas instituciones que son los partidos políticos y los sindicatos, hacen que éstos no sean hoy motores de cambio, ni mucho menos. Porque para serlo hace mucho tiempo que, por ejemplo, deberían haber promovido la participación interna, muy importante la de los jóvenes, y evitar el envejecimiento y el estancamiento de las organizaciones. Claro que esto, hubiera tenido como consecuencia que “los estancados” en sus sillones, de manera ineludible, se viesen obligados a dejar hueco. Y he aquí el principal motivo para resistirse a ello, a la regeneración.
A los jóvenes se les ha utilizado como un producto de marketing externo. Mientras, otro, se eternizaban en sus puestos, a ver si la cosa daba para jubilarse. La juventud, una estrategia comercial de cara a la galería, a la que se le restringe la participación, con la excusa de encontrarse aún en periodo de formación y adaptación al aparato. Una marca joven a la que se le promete que un día llegará. Lo que no se le dice es que no llegará al sillón, sino a viejo, esperando y trabajando por el cambio, si es que la jubilación da para ello.
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Y en estas ha pillado la crisis global a los grandes partidos y a los no tan grandes, también a los grandes sindicatos, y a los no tan grandes. Lleva todo esto años en ebullición, sin que “el aparato” haya querido reaccionar, los que lo manejan prefirieron mirar a otro lado, ganar tiempo y esperar a que el temporal amainase.
Recuerdo los primeros albores del 15M, de la Primavera Árabe…aquello sorprendió -sobre todo preocupó- a los “popes del liderazgo”, tanto esfuerzo en controlar a sus cachorros y de repente aparecen otros ahí fuera. Recuerdo a algún líder de aparato preguntando a su responsable del área de juventud dónde estaban los jóvenes, “los nuestros”. Los “suyos”, los que de verdad tenían madera, con toda probabilidad se fueron, cansados de que les cerrasen las puertas en las narices y los tratasen, treinta y tantos tacos, como chiquillos inmaduros a los que había que entretener con actividades varias.
Se fueron sintiéndose incomprendidos en un medio obsoleto y anacrónico. Como también terminan yéndose de un país enfermo y sin oportunidades. Un país viejo donde los viejos todavía no han terminado de encontrar su lugar, que no es la primera fila.
Sin embargo, y por no ser del todo pesimista, de vez en cuando se nos cuela alguno. Sí, hay días que, de repente aparece una cara nueva surgida de algún aparato que no responde a ese perfil gris marengo. Entonces, de repente albergamos alguna esperanza hasta que nos terminamos percatando de que era un espejismo. Se trata de los jóvenes (varones en el 99% de los casos) que no se fueron del aparato, o sea, los que no tenían madera o agallas y prefirieron quedarse a la sombra del líder, aprendiendo, mimetizándose con el medio, ganándose día a día la simpatía del aparato y esperando su momento. No llega a ser la cosa como la del príncipe, que durante todos estos años ha sido público, notorio y consentido, el hecho de que estaba siendo preparado, formado y aleccionado para sustituir a su padre, pero sí algo parecido. Se trata de esos cachorros elegidos por “papá líder” para no sacar demasiado los pies del plato y hacer una sucesión controlada, sin aspavientos. Me vienen a la memoria un par caras, tanto del PSOE como de IU, por poner algún ejemplo.
Estamos en uno de esos momentos. Parece que “los expulsados” de los aparatos, los  descontentos con el sistema, los parados y los explotados, que como se veía venir, no son pocos, empiezan a aglutinarse en torno a nuevos liderazgos. La palma se la ha llevado el nuevo Pablo Iglesias. He de reconocer que, por distintos motivos y detalles que observo, no me gusta Pablo Iglesias (el nuevo). Pero me gusta, y mucho, lo que ha conseguido. Hasta el mismo Rey ha tenido que entregar la cuchara, así de claro. Y los aparatos, a quienes de nuevo les pilla con el pie cambiado y los deberes sin hacer, andan como locos tirando de agenda, ahora sí valen los “semipreparados” y las nuevas caras, sobre todo perfiles que desde “las bases” puedan competir con el líder de Podemos…alguien quedará por ahí, ¿no?.
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No me queda demasiado claro quién ha debido resistirse más, el Rey, Rubalcaba, Cayo Lara… O quizás, quién lo sabe, sea el propio Pablo Iglesias quien, finalmente contagiado también del sistema, termine por echarles la pata y se eternice en el poder de Podemos.
Y luego están las mujeres. Siempre luego, al final y rapidito…
Como muy bien apuntaba mi amigo ayer, efectivamente, llama la atención que sólo haya candidatos varones a la Secretaría General de PSOE en el proceso abierto estos días.
Pero no sólo  Antonio Gutiérrez, Manuel Pérez García, José Antonio Pérez Tapias, Aurelio Belando Martínez, Alberto Sotillos Villalobos, Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Eduardo Madina Muñoz, son varones. También lo son Alberto Garzón o Antonio Maíllo… Si hasta el nuevo rey es rey, y no reina.
Son las mujeres las grandes maltratadas del sistema y de los aparatos. Mucho he escrito sobre ello en este blog, y a medida que el tiempo pasa, cada día me reafirmo más en mi teoría. La violencia en los aparatos se ejerce contra las mujeres, una violencia institucional, pero en definitiva violencia. Que le pregunten si no a Carme Chacón o a Beatriz Talegón, por poner un ejemplo. Tampoco destacan muchas lideresas en Izquierda ni Unida, ni Abierta, ni Plural… 
La propia Presidenta de la Junta de Andalucía (la única mujer junto con Rosa Díez que hoy por hoy podemos decir que tienen verdadero “poder” en los aparatos), fue cuestionada, hasta públicamente, por el patriarcado socialista antes de hacerse con las riendas de Andalucía.
En esto no ha estado muy hábil el nuevo Pablo Iglesias por mucha coleta que luzca. Y es que no veo que “Podemos” soporte mucho mejor la visibilidad de mujeres carismáticas a su alrededor.
Lo que hacen los aparatos con las mujeres lo analizaba ya en mi artículo de febrero “Mujeres de poder prestado” es algo parecido a lo que ocurre con los jóvenes pero con mayor virulencia y ensañamiento, si cabe.
En definitiva, parece que el futuro del país va a seguir estando en manos de “ellos”.
…Volveremos a rasgarnos las vestiduras al oír noticias como ésta, que tengan que ver con cualquier otra parte del mundo: Los yihadistas ordenan a las mujeres que se vistan “decentemente, con ropa ancha” y salgan a la calle “solo cuando reciban permiso para ello” 

APL.
15 de junio, 2014.

lunes, 10 de marzo de 2014

9 de marzo, el día después

Fotografía de Alain Laboile
Ayer, 8 de marzo, volvíamos un año más a conmemorar, recordar, reivindicar y denunciar que los derechos de las mujeres han de ser los mismos que los del resto de seres humanos. Tener un día señalado en el almanaque no sólo no está mal sino que además es imprescindible. El 8 de marzo debe quedar marcado, por siempre, bien rojo, en nuestra agenda personal y colectiva. Que no se nos olvide que, en determinados momentos de nuestra historia, estos derechos costaron, y cuestan aún, sangre…también sudor y lágrimas en el día a día.
Ayer nos pusimos el mundo por montera. Fueron muchísimos los artículos de opinión, ilustraciones, reportajes y estudios comparativos publicados sobre la discriminación que sufrimos las mujeres. Casi me atrevería a decir que más que otros años, cosa que no es de extrañar dada la ofensiva brutal que el gobierno estatal se está atreviendo a perpetrar, hasta contra nuestros cuerpos. También fueron muchas las personas y personajes públicos que hicieron declaraciones a favor de la causa. Unos, sintiéndolo de verdad, otros, no tanto.
No ha parado este gobierno del Partido Popular, desde que la ciudadanía le entregó la suicida mayoría absoluta, en su empeño por desviarnos del camino que ya iniciamos hace tiempo, ese que íbamos construyendo demasiado poco a poco, desde mi modesto punto de vista. El objetivo está más que claro, o eso espero, a estas alturas: las mujeres a casa, a reproducir, y los varones a producir, para mantenerlos a ellos y a ellas en su estatus. La clase alta sigue saliendo beneficiada de esta crisis que nos lleva por delante al resto.
Sin embargo ¿qué le pasa a la izquierda con las mujeres? o mejor dicho ¿qué le pasa con las feministas? A algunos parece que les diera urticaria el simple hecho de sentirnos cerca. A veces tengo la sensación (espero que sólo sea eso) de que cuanto más a la izquierda, peor se pone la cosa. Observo los nuevos movimientos e iniciativas políticas que intentan aglutinar a la izquierda de este país y veo pocas mujeres. Se cuentan con los dedos de una mano las mujeres feministas que no son expulsadas del entorno de las organizaciones político-sindicales de la izquierda, pareciera que el patriarcado se hubiese asentado profundamente en ellas. Y siempre me gusta remitir a un artículo de Beatriz Gimeno que describe de forma brillante, a la vez que implacable, lo que muchas feministas experimentamos en la izquierda, se trata de “Feminismo en los partidos y mujeres excusa”.
De esta manera el feminismo, que debiera ser bandera de los progresistas, termina quedándose en una especie de “tierra de nadie” defendida por una suerte “locas molestas y radicales que no se adaptan (o someten)”… Y así vamos, como en tantas otras cosas: tarde, muy tarde. Tan tarde que cuando viene la “ofensiva pepera” sólo necesita un par de añitos para llevárselo todo por delante.
Afortunadamente, mientras esto ocurre y nuestros compañeros se la siguen cogiendo con papel de fumar y se dedican a vigilar cada rendija por la que se le puede colar una feminista, el feminismo y su capacidad de reacción vuelve a tomar las calles en nuevas oleadas históricas para defender nuestra libertad y nuestros derechos. Sí, otra vez, el feminismo.
Desde luego algo hemos debido hacer bien, pues empieza a ser importante el número de compañeros que se suman a nuestras reivindicaciones, eso sí de los “rasos”, en su mayoría sin cargo ni tarjeta de presentación, claro. Y algo ha de estar despertando todo esto en el patriarcado institucionalizado de la izquierda que empiezan a urdir nuevas estrategias para adaptarse, eso sí, sin perder un milímetro de espacio. Nuestros viriles varones han decidido disfrazarse de nosotras, y encima no han tenido ni que esperar al carnaval para comprar disfraz, se lo hemos prestado nosotras mismas, las “mujeres excusa”, esas que abandonan la lucha para ponérselo un poquito más fácil a ellos y más difícil a nosotras.
Y es así como la historia de una mayoría, más de la mitad de la población, decide que las cuentas no salgan y apuesta por convertir la esperanza de muchas en un mero disfraz.
Ayer fue 8 de marzo, hoy ha sido 9, el día después, esperemos que la estela de solidaridad perdure hasta el próximo 8 de marzo, serán más llevaderas las agresiones diarias del machismo patriarcal. Porque mañana, día 10, seguiremos cobrando un salario menor, seremos nosotras las que seguiremos soportando la conciliación de la vida familiar y laboral, nos seguirán cerrando en nuestras narices la lujosas puertas color caoba de los prestigiosos despachos, seguiremos ocupando los puestos más bajos y peor retribuidos en las empresas, engrosaremos la cabeza de las listas del desempleo, la precariedad y la temporalidad se seguirán cebando en nosotras, la pobreza seguirá teniendo nombre de mujer, el acoso sexual seguirá siendo soportado por nuestro género y seguiremos siendo nosotras las víctimas de la violencia más brutal por parte de aquellos que dicen “amarnos”, seguiremos en constante estado de alerta pendientes para que no nos pille desprevenidas la próxima jugarreta. En definitiva, seguiremos soportando el gran peso de ser mujer en una sociedad injusta y desigual.
Pero sobre todo, continuaremos en la lucha porque si no, no seríamos nosotras, seriamos eso, “mujeres excusa”.
Fotografía de Maxine Helfman
Fotografía de Maxine Helfman
Quiero compartir lo que ayer escribía Amélia Valcárcel en su perfil de Facebook, es el testigo de mujeres como ella ese que debemos tomar:
“Buenos mediodías con esta conocida lista:
Si eres mujer y…
1. Puedes votar, agradéceselo a una feminista.
2. Recibes igual salario al de un hombre por hacer el mismo trabajo, agradéceselo a una feminista.
3. Fuiste a la Universidad en lugar de dejar los estudios después del Bachillerato para que tus hermanos pudieran estudiar pues “tú de todos modos simplemente vas a casarte”, agradéceselo a una feminista.
4. Puedes solicitar cualquier empleo, no sólo un “trabajo para mujeres”, agradéceselo a una feminista.
5. Puedes recibir y brindar información sobre control de la fertilidad sin ir a la cárcel por ello, agradéceselo a una feminista.
6. Eres médica, abogada, pastora, jueza o legisladora, agradéceselo a una feminista.
7. Practicas un deporte profesional, agradéceselo a una feminista.
8. Puedes usar pantalones sin ser excomulgada de tu iglesia o sacada
del pueblo, agradéceselo a una feminista.
9. A tu jefe le está prohibido presionarte a que te acuestes con él, agradéceselo a una feminista.
10. Eres violada pero el juicio no se trata sobre el largo de tu vestido o tus novios anteriores, agradéceselo a una feminista.
11. Inicias negocio y puedes obtener un préstamo usando sólo tu nombre y tus antecedentes de crédito, agradéceselo a una feminista.
12. Estás bajo juicio y se te permite testificar en tu propia defensa, agradéceselo a una feminista.
13. Posees propiedad que es únicamente tuya, agradéceselo a una feminista.
14. Tienes derecho a tu propio salario aún si estás casada o hay un hombre en tu familia, agradéceselo a una feminista.
15. Obtienes la custodia de tus hijas e hijos tras un divorcio o una separación, agradéceselo a una feminista.
16. Tienes voz en cómo criar y cuidar a tus hijas e hijos en lugar de que los controle completamente tu esposo o su padre, agradéceselo a una feminista.
17. Tu marido te golpea y esto es ilegal y la policía lo detiene en vez de sermonearte sobre cómo ser una mejor esposa, agradéceselo a una feminista.
18. Se te otorga un título después de ir a la Universidad, en lugar de un mero certificado de haber completado los estudios, agradéceselo a una feminista.
19. Puedes amamantar a tu bebé, eso sí, todavía discretamente, en un lugar público y no ser arrestada por ello, agradéceselo a una feminista.
20. Te casas y tus derechos humanos civiles no desaparecen dentro de los derechos de tu esposo, agradéceselo a una feminista.
21. Tienes el derecho a rehusar tener relaciones sexuales con tu esposo, agradéceselo a una feminista.
22. Tienes derecho a que tus registros médicos confidenciales no sean divulgados a los hombres de tu familia, agradéceselo a una feminista.
23. Tienes derecho a leer los libros que desees, agradéceselo a una feminista.
24. Puedes escoger ser madre o no cuando tú quieras y no según los dictados de un esposo o un violador, agradéceselo a una feminista.
25. Puedes esperar vivir hasta los 80 años en vez de morir entre los 20 y 30 a causa de embarazos ilimitados, agradéceselo a una feminista.
26. Puedes verte como una humana adulta plena, y no como una menor de edad que necesita ser controlada por un hombre, agradéceselo a una feminista.
Hoy especialmente, por decencia, mira el mundo, comprueba que ha mejorado y..
AGRADÉCESELO A UNA FEMINISTA.”
APL.