Fue durante el verano de 2012, pasaba unos días en la maravillosa ciudad
de Barcelona y allí me pareció toparme con él. Estaba en la forma en que se
miraba aquella peculiar pareja de turistas.
No eran jóvenes, tampoco respondían a ninguno de los exigentes cánones
de belleza; sus cuerpos no eran perfectos, y claro, tampoco era catorce de
febrero. Pero allí estaban ellos, entre la multitud que paseaba Montjuic,
desprendiendo tan sutilmente su amor.
Aunque tuve la sensación de interrumpir un momento íntimo, no pude
resistirme a inmortalizarlo en esta instantánea.
APL
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