Hace unos días tuve la oportunidad de compartir una mañana de trabajo con las mujeres cineastas y de los medios audiovisuales gracias a la invitación que Oliva Acosta, Presidenta de CIMAA (Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales de Andalucía) nos hizo a
La mesa de trabajo nos permitió analizar y empatizar con un sector tan apasionante como éste, desde una perspectiva de género. Es más que obvio, es alarmante, la gran desigualdad que soportan las mujeres de este sector.
Los datos que desvela el informe del Ministerio de Cultura “Mujeres y Cultura: políticas de igualdad” son vergonzantes en cualquier sociedad democrática.
La situación de estas compañeras viene a reflejar una vez más y en un sector concreto la situación de discriminación que vivimos más de la mitad de la población, las mujeres. Una situación que arrastramos desde hace siglos. El motivo: un modelo de sociedad patriarcal, donde nuestros compañeros han tenido un papel principal, han dominado, han gestionado han gobernado y han distribuido la riqueza del mundo. En este modelo donde nosotras, sin ser las únicas, sí hemos sido las mayores perjudicadas. Ellos se han desenvuelto en el espacio público mientras estábamos relegadas al espacio privado, a la casa.
Si bien, es incuestionable que hemos avanzado y que en la actualidad nos encontramos con que ya estamos en el espacio público, estamos en el mercado laboral, participamos (“de aquella manera”) en la política incluso en la economía, no podemos olvidar que lo hacemos EN DESIGUALDAD DE CONDICIONES.
El hecho de estar invitada a este foro me hizo mucha ilusión, pues como sindicalista, mi trabajo consiste precisamente en combatir la desigualdad laboral, y este sector me parece además muy interesante.
Es llamativo que, siendo el medio audiovisual de gran atractivo para las mujeres y representando el 65 % de las personas licenciadas en estos estudios, tan sólo el 7 % tiene presencia en puestos de responsabilidad. Y el porcentaje de mujeres como Directoras no llega al 10 %. La presencia de las mujeres es minoritaria en los consejos de administración de los Festivales de Cine reconocidos y el escaso reconocimiento a los méritos de mujeres cineastas viene a ejemplificar esta brecha de género.
El sector pone de manifiesto como problema principal, el techo de cristal. Estoy segura de que siendo un problema importante, y muy visible, se trata de la consecuencia de muchos otros pequeños problemas. A medida que vayamos avanzando en posteriores mesas (tal y como se pretende desde CIMAA), nos iremos encontrando con otras discriminaciones, entre las que intuyo la discriminación salarial, puede tener un protagonismo importante.
¿QUÉ HACER?
Prevenir, negociar y denunciar. Una vez analizada la situación, el diagnóstico en términos generales está hecho y sería el informe elaborado por el Ministerio de Cultura “Mujeres y Cultura: políticas de igualdad” hay que bajar al terreno de juego, al lugar donde se producen las discriminaciones: los centros de trabajo. Exigir convenios colectivos con perspectiva de género y la implantación de planes de igualdad.
Una vez elaborado un diagnóstico más concreto, identificados los desequilibrios, las medidas que en cada caso se vayan a poner en marcha para su corrección deben estar acotadas temporalmente, porque de lo contrario estaremos haciendo “un lavado de cara” y prolongando en el tiempo la desigualdad y la discriminación.
La batería de medidas que propuse en términos generales y que podremos ir concretando a medida que vayamos avanzando fueron:
1. Realización de un diagnóstico de situación anual del medio audiovisual desde la perspectiva de género y la creación de herramientas de seguimiento para el cumplimiento de la representación equilibrada de ambos sexos en las diferentes áreas, departamentos, grupos profesionales y niveles jerárquicos.
2. Garantía de contratación y promoción a través de los criterios de igualdad, méritos, capacidad, aptitudes e idoneidad. Establecimiento de cuotas de promoción de mujeres en categorías superiores, puestos intermedios y puestos de dirección.
3. La creación de tribunales de selección y promoción paritarios en los centros de trabajo que reciban formación en igualdad de oportunidades. Emisión de informes que evalúen las candidaturas y la confección de los planes de formación desde una perspectiva de género que garantice en los centros de trabajo de un acceso a la formación en igualdad de condiciones para mujeres y hombres, y acorde a las necesidades de conciliación de la vida laboral, familiar y personal.
4. Promoción de condiciones de trabajo que eviten el acoso sexual, el acoso por razón de sexo y la proyección sexista de la imagen de la mujer a través de guías y protocolos de prevención. Establecimientos de medidas que dinamicen la disposición de los derechos de las mujeres víctimas de género.
5. Establecimiento de un procedimiento de evaluación de los puestos de trabajo desde la perspectiva de género con un análisis comparativo de las retribuciones de hombres y mujeres, del salario base y especialmente de los beneficios, pluses, dietas y demás complementos
Finalmente insisto y para mí esta cuestión es clave, es absolutamente imprescindible la sindicalización de las mujeres del mundo del cine y del sector audiovisual. Deben ser protagonistas principales en la negociación y gestión de sus propias condiciones de trabajo.
APL
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