Ayer, una más, como tantas otras veces, salí a la calle a manifestarme. Es algo que llevo haciendo toda la vida. Forma parte del trabajo diario en el sindicato. Entre otras muchas cosas como denunciar (verbal, formal y literalmente), montar “pollos” en las puertas de las empresas, convocar huelgas...también está salir a la calle.
No podía faltar al #15O, si como digo, es lo que me enseñaron a hacer y lo que llevo haciendo toda la vida, si me dedico a militar en un sindicato
¿Cómo iba a faltar a esta convocatoria?
Un movimiento donde la ciudadanía se tira a la calle de esa manera.
Una movilización donde se denuncia lo mismo que denunciamos desde #UGT#Andalucia todos y cada uno de los días.
¿es que no soy una ciudadana?
¿es que no estoy indignada?
¿es que no tengo los mismos problemas que el resto de personas de este mundo?
Por eso estuve donde considero que tenía que estar el sábado a las 18.00.
Allí nos encontramos gente de UGT, a medida que avanzamos coincidimos con gente de la Universidad , del partido, del movimiento asociativo, feministas, todos y todas con algo en común: estábamos allí como personas anónimas y como personas indignadas. Las pequeñas y “rudimentarias” pancartas, a cual más creativa, los slogans, los canturreos, los gritos, todo valía para sacar la rabia y la impotencia que tanta gente llevamos dentro sin que nadie haga nada por explicar qué está pasando y por qué nos están llevando al caos.
Este movimiento es un “zarandeo” en toda regla a la clase política y a los poderes económicos (quizás eché en falta una mayor crítica al poder empresarial). Lo que está claro es que quienes deciden en nombre de la ciudadanía lo están haciendo fatal. Van en la dirección contraria a la que queremos y necesitamos las personas que un día depositamos nuestra confianza (voto) en ellos y delegamos el poder de dirigir el país (países en este caso). Ya no pueden seguir mirando hacia otro lado.
En ningún momento durante la manifestación, oí ni leí nada en contra de los sindicatos, no sé si fue pura coincidencia. Lo que sí es cierto es que, en los medios digitales que publican la noticia, sigue habiendo comentarios de personas, que con bastante acritud, pretenden culparnos de todos los males del mundo. Y tengo que decir que no son tiempos de exclusión, ni de ver quien es mas. Si las organizaciones, asociaciones o movimientos que defendemos y denunciamos lo mismo nos “tiramos los trastos a la cabeza” mal lo llevamos.
Si un movimiento como este excluyese a los sindicatos, estaría excluyendo a muchas de esas personas anónimas que marcharon el 15O en todas las ciudades y que, como yo, dieron difusión al acto por todos los medios a su alcance. Somos personas que, además de sentirnos indignadas, tenemos la condición de sindicalistas y una sensibilidad importante con las injusticias sociales. Personas que en todo caso sumamos y no restamos.
Participar en el 15O ha sido una experiencia muy grata pero no puedo negar que las múltiples manifestaciones que en estos días también organizamos desde el sindicato, me ponen cada vez más, los vellos como escarpias. Será por aquello del vínculo emocional de los años en UGT, será por aquello de participar directamente en las decisiones de la organización, será porque conozco de primera mano el trabajo tan duro que se hace todos los días, será por la empatía con el drama de cada compañero en cada empresa, será …
De cualquier manera yo también aporté mi granito de indignación el 15O lo seguiré aportando en cada movilización que convoquemos y sobre todo lo seguiré aportando en el trabajo del día a día.
El 15O en las setas con Rosario Valpuesta, Alicia Vañó, Santiago Navas y el fotógrafo “Anonymus”
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APL
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