martes, 10 de abril de 2012

Enfermar un mal universal, curarse ¿un derecho privado?


No sé cómo va a acabar esto, pero desde luego cada vez pinta peor.

Lo de que el presidente del gobierno no de la cara, no es de extrañar, en tan sólo 100 días nos ha acostumbrado a ello. Pero lo de que sus “secuaces” empiecen también a recular, comienza a ser preocupante.

Hoy nos habíamos levantado con De Guindos haciéndonos el cuerpo con su “Particular Progresividad pero es que más tarde nos hemos merendado con la “concreción mariana” en forma de nota de prensa que, ya sí, ha centrado el tiro: 10.000 millones de euros en recortes para la sanidad y la educación.

La veda está abierta, sólo queda ir ahondando en la herida. Y ahí es donde ha entrado la sanidad privada sin perder puntada y saliendo públicamente a proponer que su uso desgrave.

Llevamos tiempo advirtiéndolo desde los sindicatos de clase. Las insinuaciones, comentarios, intenciones de este gobierno, empiezan a materializarse en actuaciones, recortes e imposiciones. No es que seamos más listos y listas que nadie, es simplemente que se trata de un gobierno de derechas, que cree en unas políticas concretas: poco para muchos y mucho para unos pocos, justo los que más tienen y menos necesitan. 

Nunca creyeron en los derechos, apostaron por la caridad.
Nunca gobernaron para universalizar sino para privatizar.
Han comenzado el camino y por lo visto no piensan parar. 

La prioridad está clara, se hace necesario contraargumentar cada medida populista que este gobierno decide, unilateralmente, poner en marcha. Porque encima te encuentras con quien, quedándose en la superficie, piensa que es algo que va con los mas ricos y que ya era hora de que alguien les tocara el bolsillo.

Es la primera pieza de dominó en caer, detrás vamos el resto de fichas. Porque tener que pagar supone, efectivamente, elegir a quien pagar, a lo público o a lo privado. Supone dejar de ingresar en la saca común (la pública).

Y como no todo el mundo puede elegir, sigamos apostando por aportar todos y todas a la saca común y dejarnos de inventos que ya sabemos dónde nos conducen, a perder derechos que se conquistaron con muchísimos esfuerzos.

Ojala no esté en lo cierto, pero si todo esto nos lleva a la temida privatización de la sanidad, la educación y lo que venga detrás, la ciudadanía completa pierde, y lo hace por enfrentarse a una nueva sociedad más injusta, con clases sociales más diferenciadas, si cabe.

Quiero seguir viviendo en un país donde ese mal universal llamado enfermedad, siga teniendo una cura solidaria y justa llamada sanidad pública.

Quiero seguir estando segura de que si el cáncer, la anorexia, la depresión, la alergia, y hasta la insufrible pulmonía asoman por la puerta, pueda acceder a un tratamiento, gane lo que gane,  trabaje o esté en paro, sea mujer u hombre, autóctona o inmigrante ...

APL

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