jueves, 22 de marzo de 2012

Arturo dándolo todo



Estridente y anacrónico como él solo.

La primera vez que lo vi pensé ¿de dónde ha salido este señor?
Al principio me llamaron la atención sus temerarias declaraciones. Según afirmaba en una ocasión el contrato único perseguido por los empresarios era "un gran contrato" e instaba a los sindicatos a "reconsiderarlo". "Es absurdo tener cuarenta y tantos contratos", añadía, para terminar apostillando que "es necesario modernizarse, aunque esto no vaya a crear empleo de la noche a la mañana". Insistía también en implantar los 20 días de indemnización por despido frente a los 45 que, por aquel entonces, contemplaba la ley.
Lindezas como éstas parecían, hace tan sólo meses, una barbaridad, hoy son un hecho.
Se llama Arturo Fernández, es el presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente primero de la CEOE y está encantado de saberse gobernado por el PP.  Pudo parecer agorero en sus manifestaciones, que le salían como disparadas de la boca, pero no, la cosa iba más allá, al parecer le daba pistas a Mariano para cuando gobernase…
Pero cuando de verdad reparé en la existencia de este ser, fue tras la toma de posesión del actual gobierno del PP. No recuerdo las declaraciones exactas, pero lo que no olvido son las formas. Hablaba en esta ocasión Arturo sobre la recién nombrada ministra de empleo, la onubense Fátima Báñez, y el tipo estaba que se salía de sí mismo literalmente. No podía disimular tanta felicidad junta, le faltó señalarla con el dedo ante la cámaras y decir “esta sí que es de la nuestras”, llegué a imaginarlo sacando a la ministra a hombros o mejor aún, bajo palio.
Su proyección mediática empieza a ser excesiva, y observo que su presencia se va incrementando a medida que el PP va acomodándose en su recién estrenado espacio.

La pasada semana, mientras veía la televisión ya tarde, volvió a aparecer en la pantalla este empresario "de pura cepa” y digo así, porque me recuerda tanto a ese perfil de empresario genuino, en auténtico estado puro, de esos que tanto proliferan en este país y que deben escasear en otros lugares como la nórdica Laponia. Empresarios de esos que sienten su empresa como su casa, sus trabajadores como su familia pobre y las relaciones laborales como un acto de caridad.

Y, sí, ahí estaba él, ocupando las 32 pulgadas de la pantalla, haciendo aspavientos y dándolo todo. Ahí estaba el tío, defendiendo la reforma laboral, seguro de sí mismo y desatado.

La traición del subconsciente.
Menos mal que es empresario, porque si fuera espía...

Afirmaba Arturo al otro lado de la pantalla: “hombre se me nota que soy más de derechas que de izquierdas…pero, pero…no pasa nada…soy de centro…y me llevo bien con la izquierda…”
Si no fuera porque sé lo que sé podía hasta haber dudado de la orientación política del vicepresidente de la CEOE, casi nada…no se si fueron las risas de los periodistas, o alguna patadita por debajo de la mesa lo que lo obligó a cuanto menos disimular un poco.

Pero lo mejor vino luego, sobre la “paternidad” o autoría de la reforma. Empieza diciendo “hemos hecho una reforma”, pasa a decir “se está haciendo una reforma” y termina diciendo “este gobierno está haciendo de todo”…”estoy encantado, llevamos cien días de gobierno y es que se está cambiando todo” “esto empieza a oler bien”

He incorporado el vídeo de estas declaraciones
que no tienen desperdicio.

APL





 

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